La palabra sustentable lleva varias décadas llamando la atención en varias disciplinas: biología, geografía, antropología, sociólogos, arquitectura e, incluso, los urbanistas, entre otros, las cuales han aportado un marco teórico al significado.
En el año de 1987, la comisión del Medio Ambiente de la ONU expuso un documento titulado Nuestro futuro común, su contenido era una advertencia para la vida humana y el consumo comercial que diariamente llevamos a cabo. Debido a lo anterior y a que se están presentando niveles inaceptables en la degradación ecológica, fue preciso definir lo que implica un desarrollo sustentable, es decir, “aquel que satisface las necesidades actuales, sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.”

Es por ello que las naciones deben poner mayor atención en la importancia de tener un plan de desarrollo territorial sustentable.
Para lograrlo, los países deben invertir en los Ordenamientos Ecológicos Territoriales —“instrumento político ambiental que regula el uso del suelo y las actividades productivas, con la finalidad de lograr la protección del medio ambiente y la preservación y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, partiendo del análisis de la tendencia del deterioro y las potencialidades de aprovechar los propios recursos”— y con ello tener las áreas potenciales para obtener los recursos de manera eficiente, logrando un aprovechamiento sustentable, es decir, “[la] utilización de los recursos naturales en forma que se respete la integridad funcional y capacidad de carga de los ecosistemas que es el regulador principal de los climas en el planeta tierra”.

Bibliografía:
- Ley general del equilibrio ecológico y la protección al ambiente (LGEEPA), Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
- http://sepiensa.org.mx/contenidos/cumbre1/cumbre1.htm, la cumbre de la tierra en Río de Janeiro.
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